Pocos han quedado exentos del dolor, la impotencia y la desesperación por la situación que atraviesa Corrientes…
El paso del fuego ya arrasó con más de 780 mil hectáreas, que superan el 9% de la superficie provincial. La situación de Corrientes es una catástrofe ambiental sin precedentes y aún sigue siendo crítica.
El hábitat esencial para el ser humano y para los animales es arrasado sin piedad, destruyendo vidas, trabajo, producción, viviendas... incinerando proyectos e ilusiones… quemando el futuro.
Y aún así esta situación no resulta tan confusa como la realidad que la rodea.
Solidaridad on line, acusaciones, desvíos, culpas, insultos, llantos en las redes… En tanto un caballo agoniza dramáticamente, una familia se queda sin su casa y su trabajo, una provincia llora y el planeta acusa una nueva herida.
No hay slogan de campaña que supere estas imágenes.
Como en toda tragedia las miserias quedan al descubierto. No es que no estuvieran ahí las deficiencias y faltas de recursos de los bomberos… ni los problemas de comunicación entre Nación y provincias, ni las fallas en la logística y equipamientos… AHORA quedaron al descubierto, así como la IRRESPONSABILIDAD de los dirigentes que ocupan tiempo en el acuse mediático de culpas, esperando que un ciudadano común se cargue al hombro la responsabilidad de apelar a la solidaridad de otros pares.
Entonces… ¿para qué existen los sistemas políticos, de seguridad, de apoyo, los sistemas de alertas y protección que sostenemos en el enorme y cada vez más pesado sistema llamado ESTADO?
Queda al desnudo que casi nada funciona, que el deterioro es abismal y que cuando “las llamas arden”… no queda más que apelar al hombre de a pie… a su poder de convocatoria, a las entidades sin fines de lucro, a los voluntarios...
En el hombre “de a pie” es donde está la esperanza, el sentido de la urgencia, la conciencia de comunidad, el valor de la entrega desinteresada… valores que también necesitamos visualizar en nuestros funcionarios políticos a los cuales hemos elegido para que nos representen...
Otro desastre que queda en el diagnóstico.
¿Qué otra tragedia deberemos soportar para que logren pasar a la acción oportuna y eficiente?
Norma Bessone - Presidente SRR